Ejercicio 1
1- Un mundo nuevo entre mis manos
El close up se hizo cada vez mas close y yo me ponía cada vez mas up. Así de naif podria titular un adolescente en llamas su primera imitación del pobre Onan.
Por otro lado, una mujer desnuda y en el agua podría inspirar un poema e Mario Benedetti aunque se terminara copiando a si mismo.
En un niño de solo 14 o 15 años, nada de esto podía ocurrir y solo podría surgir una sola, básica e inevitable acción.
La película clase “B” española ayudaba al ambiente bizarro de la situación: mi primera erección frente a la T.V. blanco y negro 14 pulgadas, con la luz prendida y sentado en la mesa de la cocina, cerca de las 10 de la noche. No me esperaba que esa mujer nadara hacia la cámara y se detuviera frente a ella y le empezara a hablar mientras jugueteaba con sus brillantes senos bajo una tenue luz lunar o focal. Inmediatamente mi miembro quería salirse de mis shorts como si tuviera un radar y la gran idea fue sostenerlo con mi mano. Allí el placer físico se fundió con el visual y la española me hablaba a mí con acento impostado y palabras casi inaudibles. En ese momento podía estar recitando la constitución articulo por articulo y yo estaría excitado como un animal. Mi mano y mi pene eran una maquinaria perfecta que trabajaba sin descanso y en pocos minutos la producción estaba completa. Casi al mismo tiempo que duró la escena en la película.
Fue la primera que me masturbé y que era conciente de ello y algunos sentimientos encontrados afloraron como siempre que uno deja de vivir el momento para detenerse a pensar: culpa, pues no tenia claro si era lo correcto sentir tanto placer y no controlarlo (¡gracias castos educadores escolares!); fastidio, pues ahora tenia que limpiar el producto de mi descontrol y no entendía porque me resultaba tan desagradable el mismo si había surgido de mi momento de mayor placer físico hasta entonces; flacidez...antes normal, ahora deprimente.
Pero por sobre todas las cosas la sensación de que un nuevo y fascinante mundo se había abierto ante mi. No sabia entonces que en realidad el mundo no se abre hasta que las piernas de una mujer lo hacen delante de uno, pero ahora estaba un paso mas cerca de saberlo.
2- Una mujer desnuda y en mi cuerpo
Vaya confesión la mía si dijera que me gusta el sexo. En casi todas sus variantes siempre que involucren mujeres y solo mujeres y no requieran entrar en ningún orificio “solo de salida”. Si, tengo algunos escrúpulos todavía.
Podría describir con lujo de detalles como me satisface hasta el éxtasis las formas en que una o mas de una mujer se dejan tomar sexualmente y me toman, pero seria muy básico explicar el secreto del placer en eso que no tiene secreto. Si lo tiene el después. Y siempre hay un después. Está el después en que uno siente indiferencia, o un poco de culpa que uno reprime pero casi siempre quiere salir a escena, o el después incomodo de “¿y ahora que hacemos?” o el peor aun de “¿y ahora que hice?”.
El mejor después ocurría en los tiempos en que creía estar enamorado. Una especie diferente de orgasmo. Ella tenia el pelo largo y enrulado por lo que debía acomodarlo ante mi atenta mirada antes de recostar su cabeza sobre mi pecho, su pierna sobre mi pelvis y su cansado cuerpo casi todo sobre el mío. Físicamente la posición no resultaba del todo cómoda ya que me obligaba a poner mi hombro de una forma en la que su cabeza tuviera una especia de respaldo y terminaba acalambrándome al cabo de unos minutos. Pero antes de eso, esos minutos en lo que el silencio acompañaba como música a la bella melodía de su respiración cada vez mas fuete a medida que iba entrando en el sueño profundo, ese era mi momento. No había otro lugar en el mundo en el que quisiera estar y la dicotomía se apoderaba de la situación y yo la dejaba: yo estaba excitándome de nuevo pero no quería mover nada de esa escena: ella durmiéndose en mi tras haber hecho el amor y yo recorriendo su espalda con mis dedos como el pincel recorre el lienzo de una obra de arte. Por un rato el mundo era exactamente similar al mundo perfecto. Mi mujer desnuda y durmiéndose en mi cuerpo. Ese era mi poema. Ningún hombre puede saber cuanto ama a una mujer si su mundo no se detiene ante un momento así, aun cuando su miembro pida mas, el placer pasea por su alrededor y lo convence de esperar.
Pero el mundo no se detiene en realidad. Solo te da un respiro y te hace ver lo que te vas a perder luego para añorarlo y sufrirlo mejor. Para racionalizarlo y quitarle la magia. Pero en algún lado queda guardada esa sensación incomparable y el saber que se llegó a experimentarla le da sentido a la vida al tratar de buscarla con ahínco una y otra y otra vez.
3- La mujer de mi vida que nunca lo fué (2° parte)
¿Por qué tenia que parecerse tanto a mi ideal de mujer?. ¿No podía quedarse en mi cabeza donde yo era el titiritero que controlaba sus movimientos?. ¿Por qué tenia que imaginar a una mujer que efectivamente existía? Y la broma final: ¿ por que tenia la oportunidad de conocerla y hacer realidad mis mas anhelados sueños y sin embargo jamás poder acercarme a ella mas de lo que se acercan 2 bancos en el liceo?
Definitivamente no estaba preparado a mis 17 años para abandonar la comodidad de mi mundo imaginario y actuar en el real. No al menos empezando con la prueba mas importante de mi vida amorosa. El plan de Dios debería haber sido el siguiente: hacerme caer de rodillas ante un par de mujeres atractivas pero olvidables, y luego de ese par de golpes ponerme a su mas preciado ángel, a la mujer de mi vida en mi camino, y por supuesto Él debería haber hablado a través mío y hacerme decir las mas bellas palabras par que su ángel no extrañara su edén. Pero no. Me dejó solo con mi cabeza abierta y mi boca cerrada. Y todos en la corte, incluido el bufón, se rieron de mi. Y entonces la primera vez que ella se dignó a hablarme y decirme la mas dulce frase que había oído en mi vida hasta entonces: “¿me prestas el cuaderno?”, mi balbuceo se complotó con mi mirada y pasé a ser momentáneamente retardado. Pero fueron los segundos de estupidez mas sabrosos de ese año. Ella pasaba las paginas lentamente como si estuviera jugando con mi paciencia. Su pelo se movía poco pero, lo suficiente como para desprender un aroma a jazmín y mi cercanía a ella con la excusa de estar ahí por si no encontraba la tarea me hacia respirar hondo el maldito gel corporal que tenia la dicha de estar sobre su piel. No tenia ningún gesto en su rostro y los tenia todos. Ahí, a pocos centímetros de tal divinidad estaba lo que quedaba de mi, perdido en sus pocos movimientos en cámara lenta y cargando las baterías de mi mundo imaginario pues había silencio, ninguna palabra mía que arruinara el momento. Mi mundo en el que ambos pasábamos las paginas y nos reíamos mientras mi mano ayudaba a la suya y mi cuerpo se acercaba mas hasta que solo la ropa era un pequeño obstáculo entre nuestros cuerpos. Claro que mientras yo estaba en ese mundo de erotismo incipiente me encontraba en medio de la clase y cuando me dijo “gracias, no la encontré”, vi como su mejor amiga me miraba con una sonrisa burlona en su cara. Y entonces caí, y caí desde lo alto. Temí que Ella se hubiera dado cuenta como si se dió cuenta su amiga.
No fue la ultima vez que me convertí en parásito de su belleza ni la ultima vez que me sentí así a su lado pero si la ultima que me deje llevar totalmente y siempre tire el ancla de la cordura cerca, un pie en el planeta Tierra y el otro en el planeta Ella. Obviamente no fue lo mismo y quedé atrapado para siempre bajo las patas de los caballos del amor y la conciencia.
Ejercicio 2
un animal, un alcohol u otra bebida, un momento del dia (puede incluir locación), un olor, una palabra
Rosario: oso panda, sangría, atardecer, bebé, karma
Mujer ideal: leona, bayley´s, noche, mar, control
Drew Barrymore: loba, cerveza, lluvia de verano, pop dulce, cool
Noelia: gata, vino rosado en caja, mañana, vagina, dulce de leche
Nancy: pájaro, agua sin gas, tarde de invierno, transpiración, insensibilidad
05 marzo 2008
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1 comentario:
Me emociona, Moroscar, que sigas allí solito escribiendo, a pesar del percance (léase "yo"). En estos días te mando la consigna 4: más allá de la devolución, lo más importante en este taller es hacer los ejercicios, "conectarse con la historia personal", recordar y recuperar la energía que uno dejó en esas vivencias del pasado. Y soltarlas, liberarlas, hacerlas para siempre del papel. Así que te la mando para que sigas, que vas ESTUPENDO. Un abrazo! G.
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